Cambiar los hábitos puede ser una tarea desalentadora, pero también puede cambiar la vida. Mucha gente quiere mejorar su vida, pero no está muy segura de por dónde empezar. La buena noticia es que existen varias técnicas sencillas que cualquiera puede utilizar para romper los malos hábitos y formar otros nuevos, más sanos y productivos. Si adoptas algunas estrategias sencillas, puedes empezar a redefinir tu vida y diseñar los hábitos que te ayudarán a lograr el éxito que deseas.
Entiende el circuito de tus hábitos
Los hábitos se desarrollan a lo largo de los años y luego se automatizan. Para cambiar tus hábitos, es importante comprender el circuito de los hábitos. El circuito del hábito se compone de un estímulo, una rutina y una recompensa. El estímulo es el desencadenante o recordatorio que inicia el hábito; la rutina es la acción necesaria para cumplir el hábito; y la recompensa es el beneficio disfrutado después de la rutina. Para romper los viejos hábitos y formar otros nuevos, es importante identificar cada parte del bucle del hábito y hacer un cambio consciente.
Elimina las influencias negativas de tu vida
Si estás intentando romper un mal hábito, es importante examinar el entorno y las relaciones que te rodean y tomar nota de cualquier cosa que desencadene ese comportamiento concreto. Por ejemplo, si estás intentando dejar de fumar, reflexiona sobre los lugares o las personas con las que sueles asociar el tabaco. Si identificas el desencadenante y haces un esfuerzo por evitar la situación, estarás dando el primer paso para formar nuevos hábitos. Rodéate de personas positivas con ideas afines que apoyen tus elecciones saludables y te ayuden a motivarte para realizar cambios positivos.
Sustituye los malos hábitos por otros positivos
Una forma segura de romper los malos hábitos es sustituirlos por algo más positivo. Cuando sientas el impulso de caer en el mal hábito, ya sea fumarte un cigarrillo o darte un atracón de aperitivos insalubres, intenta en su lugar realizar un hábito más productivo. Esto podría incluir salir a pasear, leer un libro o tomarte unos momentos para practicar la atención plena. Al crear un hábito de reemplazo que también sea placentero, es más probable que mantengas el cambio y te sientas bien con la decisión.
Haz un plan sólido de cambio
El éxito a la hora de realizar cambios de hábitos duraderos requiere una planificación sólida y una visión clara de cómo debe ser el objetivo final. Es importante trazar un plan y tomar algunas decisiones concretas sobre cómo quieres proceder. Toma nota de tus desencadenantes, de los recordatorios visuales de tu nuevo comportamiento positivo, y establece objetivos claros sobre el cambio que deseas provocar. Si tienes una idea clara del resultado final, será más probable que te mantengas en el buen camino y que notes los cambios a medida que se produzcan.
Celebra los logros y evalúa los contratiempos
Romper los hábitos, especialmente los que llevan años arraigados, puede ser un proceso difícil. Para mantener el rumbo y seguir motivado, es importante celebrar regularmente los pequeños éxitos y utilizar los contratiempos como oportunidades de aprendizaje. Cuando consigas un hito, por ejemplo, pasar una semana entera sin caer en el antiguo hábito, tómate tu tiempo para darte un capricho y celebrar el logro. Además, cuando se produzca un contratiempo, utilízalo como un momento para evaluar lo que ha salido mal y hacer los ajustes y preparativos necesarios para la próxima vez.
Cambiar los hábitos no es algo que suceda de la noche a la mañana, pero es posible. Si rompes el bucle de los hábitos, eliminas las influencias negativas de tu vida, sustituyes los malos hábitos por otros positivos, elaboras un plan sólido para el cambio y celebras tus logros y evalúas los contratiempos dentro del proceso, es posible cambiar tus hábitos de forma sana y duradera. Con un poco de tiempo y esfuerzo, puedes crear la vida que deseas y desarrollar los hábitos que te ayudarán a alcanzar tus objetivos.
